lunes, 27 de mayo de 2013

Automático


El acelere, el stress, el ajetreo, el andar, el ir , el venir...nos hace casi casi hacer las cosas por rutina, por inercia. Empezamos a imposibilitarnos a nosotros mismos a dejar de sentir, a dejar de disfrutar, lo que de verdad nos da la naturaleza de lo que nos hace humanos.
La capacidad de tener conciencia de nuestro alrededor, el poder disfrutar de todo lo que vemos, tocamos sentimos, amamos...
 
Me puse el ejercicio hoy de los sentidos, en el momento de despertar, concentrarme en despertar de verdad, escuchar los pajaritos cantando, sentir las sábanas que me cubrían, el olor de la mañana que se colaba por la ventana del cuarto, escuchar y sentir la respiración de mi hija al lado y dar gracias por amanecer, simplemente por el hecho de abrir los ojos y disfrutar de ello.


Pude disfrutar de hacerme un rico té verde, disfrutar mientras lo servía en mi taza favorita, oler su escencia; sentir su calor en mis manos, mientras lloviznaba en las afueras.
Escuché a los trabajadores seguir su faena de un nuevo proyecto allá afuera....a lo lejos, parecía demasiado lejano como para pensar que era en mi calle.
Y mientras el libro de Steve Jobs me espera para terminar el último capítulo, el que me recuerda que hasta la gente mas increíble es humana y que yo no quiero nunca dejar de sentir.

A veces hago este ejercicio, despierto mis sentidos, me recuerdo a mi misma que no soy un robot; programado a hacer las tareas diarias, sino que estoy en mi DEBER de disfrutar las tareas diarias. Sonreír a mis compañeros de turno, a mi jefe ponerlo de buenas con una broma, saborear en el comedor, platicar, reírse a carcajadas...cumplir sueños.
Me opongo definitivamente a estar en automático, me opongo a vivir por vivir, mejor me DEDICO a vivir.

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